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HorizonteRamón Pérez-Maura

Cáritas no. El Gobierno

Él no puede dar la cara ante la población porque tiene miedo de que se la rompan. Y es lógico que lo tenga. Solo puede hacer monólogos televisivos y ruedas de Prensa con medios muy adictos. Hay que controlar los daños y la mejor forma de controlarlo es la prevención

Uno de los síntomas más preocupantes de la tragedia que ha vivido España hace una semana, es que se pueda volver a vivir un recorte de nuestras libertades y una falta de actuación del Gobierno cumpliendo sus obligaciones, como la que vivimos en 2020 a raíz de la pandemia. ¿Quién no recuerda aquellos 'Aló presidente' de Pedro Sánchez durante los peores momentos de la COVID? Se adueñó de la televisión para adoctrinarnos al menos una vez a la semana mientras éramos retenidos en nuestros domicilios. Eran unos discursos absolutamente vomitivos. Yo no hubiera visto ni uno más después del primero de no haber sido mi obligación como periodista hacerlo. Sánchez ya ha vuelto a esa querencia en los últimos días y después de la catástrofe sufrida en Paiporta, donde demostró su condición de traidor y su cobardía, a nadie sorprenda si vuelve por la misma línea en los próximos días. Él no puede dar la cara ante la población porque tiene miedo de que se la rompan. Y es lógico que lo tenga. Solo puede hacer monólogos televisivos y ruedas de Prensa con medios muy adictos. Hay que controlar los daños y la mejor forma de controlarlo es la prevención.

Pero a eso tenemos que añadir otros signos preocupantes. ¿A qué vienen las peticiones de cerrar los espectáculos y los partidos de fútbol? Yo soy poco de ir a ninguna de las dos cosas. O para ser más exacto, voy poco al cine y al teatro y he ido a ver un partido de fútbol una vez en los últimos veinte años. ¿Tiene sentido, aduciendo el duelo, querer suspender la Liga de fútbol? Entiendo perfectamente que los partidos de los equipos de la Comunidad Valenciana puedan ser suspendidos. Pero eso es por causa de fuerza mayor. Pero ¿Qué sentido tiene a estas alturas suspender una actividad cultural y deportiva que es una fuente de riqueza y de la que viven miles o millones de personas entre empleos directos e indirectos? Aquí se ve la larga mano de Sánchez que quiere tenernos de nuevo en nuestras casas y atentos a la televisión mientras él habla desde donde nadie le contesta. Con un par.

Y por último tenemos esta admirable y cuestionable campaña de recogida de fondos para instituciones caritativas que van a llevar ayuda a la Comunidad Valenciana. Como padre, estoy muy orgulloso de mi hijo que al fin el lunes por la noche me confesó —no lo quiso hacer antes para no preocuparme estando yo en Estados Unidos— que se había pasado el fin de semana en esa comunidad arrasada, con varios amigos basados en Utiel, intentando limpiar y ayudar. Se fue con una pickup e hizo todo lo que no han hecho las autoridades. Pero lo que no puede ser es que el Gobierno acepte que la ayuda privada y las ONG sustituyan al Estado. Es decir, al Gobierno de Pedro Sánchez. He perdido la cuenta de cuántas de esas instituciones me ha escrito en los últimos días. Después de la tercera dejé de aportar nada porque me parece que ese papel tiene que hacerlo el Gobierno de la nación con mis impuestos. ¿A qué se dedican las ingentes cantidades que pagamos cada año? Me parece perfecto que esas organizaciones no gubernamentales hagan un papel complementario. Pero lo que me indigna es que este Gobierno que no ha sabido recurrir al Ejército en tiempo y forma, encima se aproveche de la sociedad civil para cubrirle sus vergüenzas. Hasta ahí podíamos llegar. Por decirlo resumidamente, la responsabilidad de rescatar a las víctimas de la tragedia no es de Cáritas, es del Gobierno. Bastante tiene Cáritas con toda la admirable labor social que ya lleva sobre sus hombros.