Lo que no vemos en las encuestas

Todos somos conscientes de que la polarización con la que juegan Pedro Sánchez y sus adláteres para mantenerse en el poder gracias a la tensión es algo que aparentemente les está funcionando muy bien. Ayer me llamó mucho la atención la encuesta publicada por nuestros colegas de Vozpópuli. No es que tuviera datos muy sorprendentes a primera vista. Sí tiene un buen titular: con los resultados que anticipa, el bloque que sustenta al Gobierno se descalabra. No tanto el PSOE, que bajaría de 124 a 118 escaños –eso sí, casi su peor resultado histórico– como el descalabro de Sumar, que pasaría 31 escaños a 9 más los tres de Podemos. Una miseria. Según esta encuesta, la España polarizada que ha perpetrado Sánchez se traduciría en 155 escaños del PP más 36 de Vox y 1 de UPN. Total 192. Una mayoría amplia que revela que en el último mes el PP ha ganado un escaño y Vox nueve.

Lo más relevante es que se produce una captación de voto del PP que se lleva Vox y al mismo tiempo una captación de voto del PSOE que se lleva el PP mientras el partido de Sánchez subsiste gracias a los votos que quita a sus aliados. De manera notable a Sumar, pero probablemente también a terceros.

Lo más interesante está en la letra pequeña de la encuesta a la que muchas veces no se presta suficiente atención. En las elecciones que acabamos de vivir en Estados Unidos, todas las encuestas daban un empate técnico. Fuese o no verdad, nadie lo discutía. En medios de una u otra línea editorial la conclusión era la misma. El resultado ya saben cuál ha sido. Pero en esas mismas encuestas había un dato muy revelador que se minusvaloró. La gestión de Biden –indisociable de la de Kamala Harris– tenía un rechazo del 64 por ciento de los votantes. Dos de cada tres. Si hubiéramos querido ver los datos que teníamos delante de los ojos hubiéramos comprendido pronto que la victoria de Trump era muy segura. Pero miramos para otro lado.

La encuesta que acaba de publicar Vozpópuli, elaborada por Hamalgama Métrica, nos cuenta que, de cada cuatro votantes socialistas, tres rechazan la forma en que Sánchez ha gestionado la DANA. Es decir, eso no es un 64 por ciento. Es un 75. Y entre votantes del propio PSOE. Fuera de ese círculo puede ser mucho peor.

Yo creo que el rechazo que hay al Gobierno Sánchez y sus adláteres es muy superior al que se está recogiendo en los sondeos de intención de voto. Como pasaba en Estados Unidos los institutos demoscópicos no se atrevían a confesar toda la verdad porque Trump es políticamente incorrecto. Pero, a estas alturas, esa incorrección política ya es abrazada –con entusiasmo– por la mayoría de la población.

La cuestión ahora es cuánto tardarán los españoles en perder el pudor y decir abiertamente lo que piensan de este gobierno encabezado por un traidor, cobarde e incompetente. De lo que tiene pendiente de juicio, hablaremos cuando haya sentencia.