La desinformación que sí les gusta
La del CIS es la desinformación que sí le gusta a la izquierda: una manipulación presentada como verdad científica para crear la percepción de un Sánchez ganador e indestructible
La desinformación es la coartada preferida de la izquierda en los últimos tiempos. Ocurre desde que comenzó a flojear lo de la superioridad moral, y, sobre todo, desde que perdieron el control de las redes sociales. La izquierda se agarró entonces a los bulos y a las fake news, que son todo aquello que no les gusta. ¿Que gana Trump las elecciones? Pues dice la directora de El País que es «por la desinformación», aunque no haya un solo estudio que pruebe mayor desinformación entre los republicanos que entre los demócratas. ¿Que los jueces imputan a Begoña Gómez? Bulos y máquina del fango. ¿Que Aldama acusa a dirigentes socialistas? «¡Qué inventada!», dice Sánchez, o «esto lo ha fabricado Aldama», dice su fiel Silvia Intxaurrondo.
Es así como han pasado de la superioridad moral a la teoría de la desinformación, según la cual la desinformación es una cosa que practica la derecha, en América, en Europa y en España. Y como tienen a la mayor parte de la Academia en sus manos, hasta hacen libros para reafirmar la vinculación de la derecha con la desinformación y establecer oficialmente que la izquierda no desinforma. Sin límites ni sentido del ridículo. Como lo de la periodista y miembro del Partido Comunista, Marga Ferré, que compareció recientemente en la Comisión de Calidad Democrática del Congreso y afirmó sin ruborizarse que, como ella es feminista y de izquierdas, no recibe fake news, que eso solo está en los medios de derechas.
En ese contexto desinforma el CIS de Tezanos, sin límites y sin sentido del ridículo. Y con el aplauso de las Silvias Intxaurrondo de este mundo, que están para amplificar esas fake news, las fake news que sí gustan a la izquierda. Y que, en el caso del CIS, llevan propagándose varios años, en una campaña permanente de desinformación, para que luego digan que son los rusos los de las injerencias en las elecciones democráticas. Este «ruso» en cuestión llamado Tezanos, un tipo listo, seductor y con la misma resiliencia de hormigón armado que su jefe, es el fabricante perfecto de la mejor desinformación. Que consiste en presentar como verdad una investigación científica manipulada, dando a su jefe un 34,2% de intención de voto, 5 puntos por delante del PP, con una muestra adulterada en la que el 32,7% recuerda haber votado al PSOE en 2023 mientras que solo el 23,2% recuerda haber votado al PP. Y que es presentada en los medios como una verdad, una medición científica.
La desinformación así fabricada consigue sus objetivos, en primer término, manipular a los afiliados socialistas e inducirles a pensar que siguen teniendo el mejor líder posible. Después, a los votantes del PSOE, para hacerles creer que Sánchez es un ganador, fuerte e indestructible, incluso rodeado de corrupción. Y aún más, a todos los votantes, en cuyas mentes Tezanos dibuja una figura poderosa y temible, capaz de destruir a todos sus adversarios. Es decir, la versión CIS del Perro Sanxe de Mr. Handsome, la tuitera rendida a los encantos de Sánchez, que se descubrió se llamaba Montserrat Gusano y trabaja en el PSOE.
Esto es desinformación a lo grande, desde las propias instituciones del Estado y con dinero público. Y sin necesidad de los rusos, pura desinformación nacional.