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Al bate y sin guanteZoé Valdés

Jaulas sin garantía

En Cuba existen en la actualidad 1.151 presos políticos, entre ellos, varios jóvenes en huelga de hambre. Los más viejos suman cientos de años de cárceles. Valdría la pena recordar que el preso político que más años estuvo en una cárcel no fue Nelson Mandela

Lo primero que hice cuando llegué a esta ciudad fue ir a postrarme a la catedral de Notre Dame y rezar por mi madre, rogar por la libertad de Cuba; han pasado treinta y cuatro años, mi madre murió en París con aguacero, un domingo de agosto a las siete en punto de la tarde. Pude liberarla varias décadas después, pero ya ella viajó hacia mí muy enferma –me la enfermaron para que yo no hablara ni denunciara más. Me duró dos años. El aguacero torrencial, como si el Caribe se hubiese invitado a estas calles donde la llovizna es como una perenne penitencia, encharcó mi alma. Vi irse a mi madre, sin poder volver a su patria, la enterré en el cementerio de Père Lachaise, en una tumba en tierra ajena. Poseo mis lugares sagrados, Père Lachaise, un cementerio en New Jersey donde descansa mi padre, otro en el valle de Carranza, y Notre Dame. Cuando la catedral fue incendiada el 15 de abril del 2019 lloré también lo indecible. El sábado lo hice de emoción al contemplarla por fin restaurada, no creía que sucedería. Mi Notre Dame, sin embargo, es la de Víctor Hugo, esa cuyo interior es de un color acerado, verde pompeyano agrisado por la pátina del tiempo. Agradezco a los que hicieron posible que reabrieran sus puertas. Aunque ahora sólo anhele que pase el tiempo…

Lo próximo que haré allí, donde tantas veces oré en silencio, ordené misas para mi madre, mis familiares y amigos fallecidos, será ir a inclinarme ante la Inmaculada Virgen María, salvada intacta de las cenizas, pediré por los presos políticos, los que quedan vivos, por los que las tiranías han asesinado. Rezaré por su libertad inmediata. Lo haré con énfasis por tres de ellos: una joven mujer cubana, un joven campesino también cubano, un anciano argelino de ochenta años. Dos escritores, uno campesino. Ella se llama María Cristina Garrido, el segundo Yandier García Labrada, y el anciano es Boualem Sansal.

María Cristina Garrido, poeta y activista por los DD. HH., nació en 1982, en Mayabeque, Cuba. Empezó a escribir de adolescente. Se integró en la oposición al Partido Republicano de Cuba. Después de participar pacíficamente en las protestas del 11 y 12 de julio del 2021 fue detenida, golpeada; desaparecida por 18 días. Acusada, junto a su hermana Angélica Garrido, de ser causantes de las protestas que sacudieron el país, sin derecho a juicio justo le pedían quince años de privación de libertad, fue condenada a 7 años de cárcel. Su hermana Angélica, recién llegó a España, pero cumplió los 3 años a los que fue condenada.

Desde la cárcel, María Cristina Garrido denuncia los castigos y atropellos con los que intentan (sin lograrlo) doblegar su espíritu. Escribió en la prisión los poemarios ‘Examen de tiempo’ y ‘Voz cautiva’, publicados fuera de la isla. Esos poemas constituyen la viva voz de la verdad y del dolor del pueblo cubano.

Yandier García Labrada fue detenido mientras protestaba en una cola, el seis de octubre del 2020. Opositor, pertenece al Movimiento Cristiano Liberación, cuyo líder fundador fue asesinado por la tiranía, Oswaldo Payá, junto al joven también asesinado Harold Cepero, en el 2012. Yandier es campesino, ha enfrentado a la tiranía con su modesta condición y un ideario cristiano. Lleva encarcelando desde el 2020, se le ha negado cualquier revisión de su causa.

Boualem Sansal, es de quien más se comenta a nivel internacional. He tenido la suerte de compartir firmas de libros a su lado en ferias y salones intelectuales. Es un hombre libre que ha expresado lo que piensa sobre el peligro del islamismo. Lo detuvieron en el aeropuerto, cuando viajaba a visitar a su familia en su país de origen; desaparecido durante días, hasta que la prensa oficial del régimen argelino confirmó su encarcelamiento y próximo enjuiciamiento. Poco más se sabe de la situación actual de este escritor de 80 años.

En Cuba existen en la actualidad 1.151 presos políticos, entre ellos, varios jóvenes en huelga de hambre. Los más viejos suman cientos de años de cárceles. Valdría la pena recordar que el preso político que más años estuvo en una cárcel no fue Nelson Mandela, fueron los presos políticos, fallecidos Mario Chanes de Armas (30 años y un día), Eusebio Peñalver (22 años, condenado a cuarenta), Armando Sosa Fortuny (43 años); y vivos: Miguel Díaz Bauzá (30 años), Ernesto Borge (ya ciego, 26 años), entre otros muchos.

De los jóvenes, Yasser Boni, casi ciego, torturado con La Sakira, en la que mantienen al reo con las muñecas y los tobillos amarrados detrás de la espalda, en el suelo durante semanas. Para desplazarse tienen que arrastrarse con el estómago. Otro joven, Andy García Lorenzo, decidió someterse a una huelga de hambre, a siete meses de su prometida liberación. Hace poco asesinaron a dos jóvenes en las celdas; uno por falta de atención médica, el otro a golpes, lo que su madre pudo probar en las redes sociales mostrando el cuerpo amoratado del muchacho, el nombre es Manuel de Jesús Guillén Esplugas.

En el pasado, en ergástulas castristas mataron a los jóvenes Pedro Luis Boitel, el doloroso testimonio de su madre, Clara, puede verse en Youtube; a Orlando Zapata Tamayo, al que durante una huelga de hambre golpearon salvajemente hasta el fin. Hay negros, con los que se ensañan más, porque como ha contado Ignacio Cuesta, El Piche, (29 años en prisión) a él lo golpeaban por negro y así se lo decían. Testigos de estas barbaridades esas víctimas pueden contar a partir de ahora en el exilio de Miami con el Museo Americano de la Diáspora Cubana, que mantendrá una exposición permanente titulada La Experiencia Cubana, en la que mediante documentos, fotografías, vídeos y audios, el mundo podrá conocer la historia de horror de la revolución castro-comunista.

En el día de los DDHH pienso en mis hermanos, escritores, campesinos, artistas, obreros, privados de la Libertad, la Patria, la Vida. Dejo estos versos de María Cristina Garrido: A dos años de esta jaula sin garantía / sé bien que el tiempo preso / es la mascota caníbal de la muerte / amarrada a la pata de la cama…