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Un mundo felizJaume Vives

La Iglesia viva

La Iglesia es un tipo de organización muy perfecta en la que el principio rector no es el beneficio personal, ni el económico. Tampoco es el éxito de unos pocos, ni el de muchos. Es el éxito de Uno

La Iglesia viva es probablemente la mejor forma de organización social. Una comunidad de vida en la que todos dan sin medida, comprometiendo su tiempo y rascando sus bolsillos. Y lo hacen sin esperar nada a cambio, aunque gracias a su fe lo esperan todo: la vida eterna para uno mismo y para el prójimo.

La Iglesia es un tipo de organización muy perfecta en la que el principio rector no es el beneficio personal, ni el económico. Tampoco es el éxito de unos pocos, ni el de muchos. Es el éxito de Uno. Y llegado el momento, todos se hacen a un lado caballerescamente para que tan solo brille Aquel que con su luz salvará al mundo.

Un buen ejemplo de esa iglesia viva lo encontramos el pasado 21 y 22 de diciembre en la Iglesia de Santa María Reina. Allí, Schola Cordis Iesu, organizó su primer pesebre viviente, que congregó a miles de personas que, por primera vez en muchos años, no tuvieron que salir de Barcelona para contemplar el Misterio de la Navidad en todo su esplendor.

Para hacer realidad el pesebre viviente, muchas personas consagraron (prácticamente) sus vidas a tan noble empresa, convirtiendo así la parroquia en un lugar de encuentro de abuelos, padres, hijos y nietos, que pusieron sus talentos al servicio del proyecto y, por tanto, del Señor. Algunos, entre cables para iluminar el Misterio de la Navidad. Otros diseñando y construyendo pieza a pieza un hogar para la Sagrada Familia. Otros entre telas y agujas para abrigarles y, los que se pusieron al frente de tan gran empresa, invirtiendo días de sus vacaciones para coordinar al detalle cada una de las escenas y ser faro y guía para los actores y el resto del personal.

Y cuando uno ve esta iglesia viva, le entran unas ganas irrefrenables de gritar ¡Viva la Iglesia! Esa Iglesia viva es la iglesia de Jesucristo, la misma Iglesia que hace siglos se consagraba a la construcción de grandes catedrales y templos.