Ah, ¿pero esa Fiscalía existe?
La dejación de funciones de esa Fiscalía Especial es tan escandalosa, que produce asco y repugnancia su sectarismo
Dentro de las muy numerosas Fiscalías especiales, hay una, la Fiscalía Especial contra los Delitos de Odio y Discriminación, que dicen que existe, pero que no es así.
Es una Fiscalía Especial jíbara. Ignorando frontalmente la Circular 7/2019, de la Fiscal General Dª María José Segarra, la Fiscalía Especial ha reducido su campo de acción, ha jibarizado su función a la motivación antislámica, olvidando y despreciando todos las otras motivaciones del artículo 510.1.a) del Código Penal. Un ejemplo clamoroso de esta reducción, no de cabeza como hacen los jíbaros, sino del campo de actuación de la Fiscalía Especial, es la acusación a Custodio Ballester por decir la verdad sobre el violento islamismo radical. ¡Hasta tres años de cárcel le pide la Fiscal de Málaga! Por supuesto, Custodio Ballester es para esta Fiscalía un importante sujeto activo del delito: Es sacerdote. ¡Qué retorcimiento mental encierra esta acusación!
Pero fuera de este reduccionismo, el más escandaloso delito de odio, «lacra delictiva dirigida a socavar el modelo de convivencia plural y diversa de nuestro Estado social y democrático de Derecho», (Circular 7/2019 dixit), reiterado y cada vez más grosero, ni se contempla por esa Fiscalía Especial.
Hay, y desde hace años, un odio «intolerante e incompatible con la convivencia», de «una intolerancia excluyente», hacia una persona, por su pertenencia directiva a un grupo, los del «otro lado del muro».
Atacaron su dignidad mintiendo sobre su padre; sobre su estado mental, «IDA»; colocaron una inmensa pancarta en la plaza de Callao, en Madrid, con una foto de su hermano como un corrupto, (falso de toda falsedad). Como los ataques y las vejaciones a su familia no surtieron efecto, ahora, lo penúltimo, es atacarla mintiendo sobre su pareja, su vivienda… Le han llegado a llamar asesina de ancianos.
La odian hasta tal punto que revelan secretos para intentar hacerle daño.
¿Y dónde está la Fiscalía Especial contra los Delitos de Odio y la Discriminación? ¿Dónde están sus obligadas acusaciones contra el Partido Sanchista, antes llamado Partido Socialista, y contra tantos y tantas odiadores, brutales y descerebrados odiadores de Isabel Díaz Ayuso?
La dejación de funciones de esa Fiscalía Especial es tan escandalosa, que produce asco y repugnancia su sectarismo. Su patética pasividad permite a los odiadores ir subiendo de grado el odio, y un día esos fiscales tan reduccionistas serán responsables de las consecuencias de la omisión de sus deberes.
- Javier Borrego fue Abogado del Estado, Juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y Magistrado del Tribunal Supremo. Hoy, abogado en ejercicio.