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HorizonteRamón Pérez-Maura

Si España tuviera un verdadero servicio de Inteligencia

¿Cree alguien que si el CNI tuviera pruebas de que Santiago Abascal estuviera recibiendo dinero de manera ilegal o ilegítima del Gobierno norteamericano o del húngaro guardaría secreto y no lo haría público porque interferir internamente en nuestra política no es su misión?

Estos días de descanso te dan tiempo para lecturas que debieras haber hecho años atrás. Quien bien me conoce me ha recomendado un libro que se me pasó en su día y que retomó actualidad para mí cuando el 24 de marzo José María Ballester publicó en El Debate el obituario de Oleg Gordievsky, fallecido el día 4 de ese mismo mes.

La vida de Gordievsky se cuenta con detalle minucioso en The Spy and the Traitor. The Greatest Espionage Story of the Cold War (Crown 2018) de la que es autor Ben Macintyre, uno de los más grandes del género del espionaje. Por resumir la vida de Gordievsky, era un hijo y hermano de agentes de la KGB que se cayó del caballo con la Primavera de Praga. Hasta ahí nada de especial. Hubo muchos otros comunistas que también empezaron a reflexionar con lo que vivieron los disidentes checos.

Pero, a diferencia de tantos otros disidentes soviéticos, Oleg Gordievsky decidió poner en práctica su disidencia y hacer un servicio a Occidente. Él desarrolló pronto una anglofilia que le llevó a tomar contacto con el MI6 y darle una cantidad de información como nunca antes nadie había logrado pasar. Advirtió de que Yuri Andrópov, el jefe de la KGB y después secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética —para los no iniciados, el dictador absoluto de lo que ahora es Rusia más otros catorce estados independientes— había desarrollado la teoría de que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN iban a lanzar un ataque nuclear sobre la URSS. Y Andrópov quería realizar un ataque preventivo para impedirlo. Saber lo que Moscú preparaba tenía un valor infinito para Occidente. Y probablemente las informaciones de Gordievsky fueron decisivas para que se impidiera la guerra nuclear.

A muchos esto les sonará a batallitas de los abuelos, pero creo que es muy relevante que nuestros hijos y nietos sean instruidos en ellas. Gordievsky fue sacado de Moscú por el MI6 en una de las operaciones de extracción más complicadas jamás ejecutadas. Sólo por saber los detalles, merece la pena leer el libro del que veo en Amazon que hay una traducción publicada por la editorial Crítica.

Pero lo que yo quiero destacar hoy es algo que en nuestros días sería inimaginable que pudiera ocurrir en una España en la que todas las instituciones han sido puestas directamente al servicio del presidente del Gobierno.

Entre las informaciones que Gordievsky pasó al MI6 estaban los nombres de prácticamente todos los topos que la Unión Soviética tenía en el Reino Unido. Y eran muchísimos. Entre ellos figuraba Michael Foot, al que los soviéticos dieron el original alias de Boot. Foot era miembro del Parlamento desde 1945 y jefe de la Oposición en los Comunes desde el 10 de noviembre de 1980. Gordievsky aportó pruebas incontestables de que Foot había estado a sueldo de los soviéticos. ¿Qué hizo el MI6? ¿Comunicarle a la primer ministro Thatcher que su rival electoral estaba —o había estado— a sueldo de Moscú? No. Al parecer, la mayor parte del dinero no había sido para él directamente sino para el partido y la publicación que él dirigía, Tribune. Pero eso no cambia el que ejerciera de altavoz de la tiranía soviética. Y el MI6 consideró que era mejor dejar que Foot enfrentara las elecciones del 9 de junio de 1983. Si las hubiera ganado, se informaría a la Reina de lo que el MI6 sabía sobre el nuevo primer ministro antes de que fuese llamado a Palacio. Foot dio a los laboristas la mayor derrota del partido desde 1918.

Mi pregunta es, ¿cree alguien que si el CNI tuviera pruebas de que Santiago Abascal estuviera recibiendo dinero de manera ilegal o ilegítima del Gobierno norteamericano o del húngaro guardaría secreto y no lo haría público porque interferir internamente en nuestra política no es su misión? Pues no dejen de tener en cuenta que Estados Unidos y Hungría todavía son dos países aliados de España a diferencia de lo que era la Unión Soviética para el Reino Unido. Pero lo que era una cuestión de Estado, primaba sobre todo lo demás.