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Cartas al director

Debemos prestigiar y recompensar el estudio, nos va la vida en ello

Realizar un buen diagnóstico médico, gestionar bien un fondo, defender dignamente a un acusado o liderar una eficaz y creíble estrategia para una pandemia se consigue con años de estudio, observación y preparación. Por el bien de todos conviene que las personas que se dediquen a estos menesteres sean las más inteligentes de entre nosotros. Pero malamente van a dedicar su tiempo y esfuerzo si su remuneración es ligeramente superior o inferior a profesiones para las que no se necesitan quince años mínimo de preparación. Si dejamos las decisiones en manos de opinadores gritones y aficionados voluntariosos no nos quejemos de las consecuencias. Todo esto podría aplicarse a otras muchas áreas de conocimiento. A ver si alguna vez en España prestigiamos, remuneramos y estimulamos el estudio, aunque «solo» sea porque, ahora es evidente, nos va la vida en ello.