El estado de alarma de 2010

Nadie impugnó «directamente» el estado de alarma de 2010, en el que los militares fueron movilizados, llegándose a militarizar a los controladores aéreos, al objeto de procesarlos por la jurisdicción militar. Por cierto, al mando de la operación Zapatero puso a un teniente general, hoy ya en el partido político Unidas Podemos. Por su puesto, el Gobierno de Zapatero no pidió dictamen al Consejo de Estado para declarar el estado de alarma de 2010, y, por supuesto, se prorrogó más allá del plazo autorizado por la Constitución. Un disparate que, en mi opinión, todavía hoy podría revisarse, a la vista de las recientes sentencias del Tribunal Constitucional sobre los estados de alarma de 2020. Aquel estado de alarma de Zapatero de 2010, consentido y apoyado por toda la sociedad –sólo Soraya Sáenz de Santamaría se lamentó de no haberse solicitado el preceptivo dictamen del Consejo de Estado, por ser asunto de gran repercusión–, marcó la senda de los estados de alarma de 2020. Si por un conflicto laboral el Gobierno podía militarizar la vida española (propio del estado de sitio), ¿qué no haría Sánchez al declarar el suyo, por un coronavirus que días antes sus ministros despreciaban mientras ejercían de manifestantes en Madrid?