Cartas al director
Un feminismo engañosamente peligroso
Quien siga la actualidad de las películas y series que actualmente se exhiben, se habrá percatado del protagonismo que han ido adquiriendo las mujeres, desde la autoría de sus guiones e interpretación hasta la dirección y producción, en una imparable relevancia femenina superadora de no pocas dificultades. Sólo alguien de mente muy desequilibrada discriminaría hoy unas obras sobre otras atendiendo no a los méritos y calidades, sino al sexo de quien las escribe, dirige o interpreta. No obstante, un exacerbado feminismo que buscaría hacer justicia con un ignorado papel de la mujer en la historia, intenta forzar ésta, reescribiendo con tanta imaginación y falta de rigor algunos de sus capítulos, que consigue un objetivo muy contrario al pretendido. Pero además, hay otro ámbito de creatividad que entraña mayores riesgos y peligros por la falsa pedagogía que pudiera generar. Se trata de obras donde suelen aparecer mujeres corrientes que pelean físicamente contra hombres dando por descontado que incluso poseen más fuerza que ellos, induciendo a la creencia de que no hay que rechazar ningún enfrentamiento. Educar en esta falacia que ignora la innegable y dura realidad de la superior fuerza física de los hombres, coloca engañosamente a las mujeres en un plano de absoluta vulnerabilidad que no se elimina ni por decreto ley. ¡Ojo con el lobo!