Prensa libre

No sé si ha existido alguna vez la prensa totalmente libre, en la que se pueda opinar libremente y no se intente desvirtuar la realidad; que la información, orientación de los artículos o los puntos de vista de los lectores que escriben, no sean recortados, limitados o escamoteados en aras de lo políticamente correcto o de intereses espurios. También que, sin insultar y guardando el imprescindible respeto, se pueda hablar, en los medios de comunicación y con una crítica constructiva y razonada, de los personajes o personajillos dedicados a la actividad política, aquellos que cuando llegan al poder parecen convertirse en seres intocables, perfectos y convencidos de que ellos mismos sí pueden, sin cortapisas, manejar, criticar y amordazar a los demás, limitando o suspendiendo la libertad de expresión y otras libertades y derechos fundamentales. Muchas veces, cierta prensa o toda la prensa, parece convertirse en aliada de esos políticos. Todo esto que digo no me lo publicarán porque, quizás, la prensa no es libre o totalmente libre. Confío que El Debate sí me lo publicará.