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Cartas al director

El Extraordinario de El Debate sobre el campo español en junio de 1936

En mi época de consejero de Redacción de YA, concretamente en 1968, fui encargado por el director, Aquilino Morcillo, de coordinar un Extraordinario del periódico que patrocinaba el Ministerio de Agricultura, cuyo titular era entonces Adolfo Díaz­-Ambrona, con motivo de la VII Feria Internacional del Campo que entonces se celebraba. Ello me llenó de satisfacción, naturalmente.

Lo inicié (YA 4 junio 1968) con unas declaraciones exclusivas del ministro, y después una pléyade de colaboradores y especialistas como Gómez Ayau, Camilleri, Ángel Mª Maqueda, Mendoza, Mombiedro de la Torre, Campos Nordmann, etc. al aguardo del II Plan de Desarrollo Económico y Social. Me reservé dos artículos: «El campo sigue siendo vital para el desarrollo de España» y el editorial sin firma «El campo español a la hora del desarrollo».

Tuve la idea de ver en el Archivo el Extraordinario de El Debate del 14 de junio de 1936, que dirigió Fernando Martín-Sánchez Juliá, que fue completísimo de la época. En 48 páginas de gran formato, 28 artículos daban un completo resumen de los principales aspectos del campo español de entonces. En un primer trabajo se explicaba cómo era España Agraria: la segunda en extensión y montuosidad; de clima europeo solo en el norte, casi africano en el sur, con productos más variados que ningún otro país del continente. Lo que daban anualmente nuestros campos se valoraba en doce mil millones de pesetas, constituyendo nuestra primera riqueza nacional, de la que vivían dos terceras partes de los españoles.

Se destacaba que el trigo era la primera riqueza de la patria, pero que había que ir hacia «más trigo, pero no más trigales». Problema de productividad...

Se revisaban el arroz y los arrozales, el maíz, que ya se llamaba en España «la planta de la discordia»..., uvas y vino «el primer país uvero del mundo y el tercero vinícola»; el aceite de oliva (primer productor, exportador, consumidor de aceite de oliva), la remolacha azucarera, las naranjas (la primera exportadora), algodón, tabaco, la riqueza forestal (en déficit).

Pero había otros tres aspectos importantes: la propiedad rústica y su distribución, con el latifundio y el minifundio a la vez; y que en España «regar con agua es regar con oro» (falta de regadíos), y las grandes organizaciones agrarias españolas (la Confederación Católica Agraria, la Asociación General de Ganaderos...)

El Extraordinario se cerraba con un vibrante artículo que titulaba «La política agraria, salvadora de España», en el que se exhortaba a las provincias rurales así: «Tenedlo a orgullo y permaneced rurales, porque prosperidad campesina será grandeza española». Amén.

Manuel Martín Lobo

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