¿Qué hora es?

Ya llegó el último sábado de marzo y de nuevo tenemos la obligación de adelantar los relojes… bueno que a veces ni hay que hacerlo porque casi todos nuestros «cachivaches» informáticos son tan listos que ya llevan el cambio programado, pero mi cuerpo serrano no está programado para tal cosa… adelante o atrás según la hoja del calendario mundial.

En España, si no me equivoco, llevamos ya una hora de adelanto sobre el horario solar desde tiempos remotos. Pues para mí ya es más que suficiente… todo lo que sea alejarnos de la naturaleza y llevar un horario artificial no es beneficioso. Lo siento, pero dudo de las cifras que apoyan ese cambio, del ahorro energético y la manipulación de los factores para convencernos. En España, en horario de verano y con dos horas de más sobre el sol y la luz natural, tenemos que encender luces antes por la mañana, aunque lo hagamos más tarde por la noche. Hay que abrigarse en las mañanas de junio, pero no hay quien salga a dar agradable paseo en la canícula antes de las diez de la noche… Yo preferiría dejar nuestra hora oficial con este horario de invierno al que ya estamos acostumbrados y dejar que la luz del verano nos alcance poco a poco, sin forzarla una hora de golpe. Habrá muchas razones para avalar el cambio, y quizá habrá otras también para rechazarlo. Yo me fijo solo en una: la verdad incontestable de la naturaleza y cómo yo lo vivo, y me adapto por obligación.