La buena educación

Recuerdo cuando estudiaba a Platón y su mito de la caverna. Tenía 18 años y en plena Transición. Para ser más exacto, el día previo al examen, por pura coincidencia histórica, era el 23 de Febrero de 1981. Pues bien, aunque sea jurista y tenga un doctorado en Derecho, debo reconocer que no es gracias a mi carrera donde me he formado como persona y tengo capacidad para analizar, enjuiciar y argumentar, independientemente de que lleve o no lleve la razón, esté o no esté acertado. En este sentido, se lo debo todo al estudio de las humanidades, al Latín, al Griego, a la Filosofía y, sobre todo, a la Historia. Ningún pueblo puede sentir orgullo de su propio país si no tiene el conocimiento mínimo y básico de su propia historia, que habrá sido, en el caso de España, mejor o peor, pero es la nuestra. Solo aprendiendo de los acontecimientos del pasado se puede evitar los errores del futuro. España es Nación desde el 2 de Mayo de 1808, cuando un pueblo en armas se levantó contra el invasor napoleónico. Y, a partir de esa fecha, los españoles nos convertimos en ciudadanos y no meros súbditos y, ahora, este gobierno social-comunista se quiere cargar las humanidades, impidiendo que los conocimientos de los jóvenes en los centros públicos, cuyo mantenimiento sale de nuestros impuestos, puedan ser de calidad. El socialismo es la ideología del fracaso colectivo y de la ignorancia, no es ya solo de la pobreza y de la miseria moral. Otro motivo para luchar contra la barbarie y en beneficio de las futuras generaciones.