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Cartas al director

La raza degenera

Siendo estudiante en la Escuela de Turismo de Murcia, tuve un profesor muy exigente pero bien preparado; desbordando conocimientos y haciendo que las clases parecieran conferencias.

Al cabo de unos años me lo encontré por la calle Platería, que junto a Trapería son las calles emblemáticas del discurrir de la vida murciana.

Y, en ese encuentro, charlamos un rato y al despedirme le pregunte cómo andaban las nuevas promociones y me contestó rotundo y rápido: «¡Ay señorita! ¡La raza degenera!».

Pues sí, la raza degenera y lo digo a colación de un estupendo artículo (El Debate), escrito por Antonio R. Naranjo, en el que, derrochando ironía, describe la iniciativa de una asociación soriana, «Olé tu toto», que anima a ir a Soria a pintarte el toto, llevándote de recuerdo una bolsa, una «toto bag» pintada por una misma.

Me pongo mala solo de pensar lo que sentirían los grandes con mayúscula que cantaron a Soria: los Bécquer, los Machado, Gerardo Diego… y, para estar mas cerca, mi propia familia.

Desciendo de una familia soriana. Desde mi infancia he sentido a través de los míos el amor y la admiración por esas «gentes del alto llano numantino».

He sabido de mi tatarabuelo, decano de la prensa soriana, Francisco Pérez-Rioja, sus tertulias en el periódico el Avisador Numantino, con Valeriano y Gustavo Adolfo Becquer; mas tarde, con uno de sus hijos Pascual ,fundador del Noticiero, ya las tertulias eran con Manuel y Antonio Machado.

La siguiente generación, Aurelio, con su exquisita sensibilidad, departiendo con Sorolla y Zuloaga. El legado cultural de su hijo, José Antonio, con esa Biblioteca y Casa de la Cultura, sus mas de 50 libros publicados, siempre con Soria como principio y destino.

Y ahora tengo que leer esa vulgaridad, esa pobreza en la que Soria vea su nombre mezclado entre tanta cutrez y abandono.

Dice mi tío Aurelio en una estrofa del Soria Canta, recordando a su padre:

Paseando por las afueras,

Sonriente y sencillo

Me dijiste mirando desde el castillo

Me dijiste un día:

Déjate de ilusiones y de quimeras;

Mira tu pueblo, este Soria querido

Mira las torres y los rincones,

Mira tu nido;

Todo es poesía

Esa es la Soria que queremos, la de la cultura, la poesía, la pequeña y sencilla , luchadora y por lo mismo, grande y bella.

Echa tu manto San Saturio y rescata la esencia de esta ciudad única.

Santo Saturio

Santo soriano

¡Santo paisano!

Tu imagen de relicario

La lleva todo soriano

Metida en el corazón. (Soria Canta).