Saber historia es de derechas

Si algo caracteriza al PSOE en particular, y a la izquierda anti española en general, es que odia la historia de España, pero con todas las fuerzas de sus entrañas. El porqué de este odio es que padecen de una mala conciencia histórica y quieren borrar acontecimientos de su pasado más reciente. Por citar solo un ejemplo, el comportamiento atroz que tuvieron durante la Segunda República donde, desde el principio, dinamitaron toda posibilidad real de que el penúltimo experimento democrático en este país pudiera haber tenido éxito. Desde su proclamación, el 14 de Abril de 1931, el PSOE como organización, que no en determinados representantes moderados (Besteiro o Prieto, entre los muy pocos), manifestaron, públicamente, su opinión de que solo sería «un paso previo y de transición» a la revolución socialista, a la dictadura del proletariado, con más claridad y entusiasmo que el pequeño y recién nacido PCE. Basta con hacer una lectura de los discursos de Largo Caballero, que están muy bien documentados. Por tal motivo, ahora quieren cambiar y sustituir el estudio científico de la historia contemporánea de España por un mero repaso propagandístico de la «bondad» del progresismo español, con la única finalidad de engañar a las jóvenes generaciones. Porque, a la postre, amar la historia es de fachas, reconocer los errores del pasado es ser de «ultraderecha» y hay que hacer como Lenin en el año 1917, borrar el pasado en todo aquello que no interese al Poder, en la persona, esta vez, de Pedro Sánchez y los de Podemos, en un ejercicio cínico de la cultura de la dictadura de lo políticamente correcto. Por borrar y manipular, hasta estarían dispuestos a considerar a Espartero como un general franquista y la Gloriosa de 1868 como un golpe de Estado de fachas. Todo sea por el bien de su ideología de reencorosos e ignorantes. La historia no hay que saberla, sino interpretarla a su antojo.