No hay nada en España inferior a Gran Bretaña

No hay nada de España inferior a Gran Bretaña, excepto el complejo de inferioridad de buena parte de los españoles de 50 en adelante y el complejo de superioridad de algunos británicos –diría incluso, ingleses– de los 55 en adelante. Ellos ponen una placa explicativa y conmemorativa en un punto con la menor excusa y le siguen los negocios: el take away, la shop, etc. Ellos cogen lo que les gusta de muchos otros países y lo mejoran. Nosotros no le damos importancia, por lo que no lo mejoramos, por lo que no nos mejoramos. El pura sangre inglés es el resultado de cruces de caballos extranjeros; el té lo tomaron de la India e hicieron dinero con él en África. Los perros con apellido Spaniel tienen razas españolas como punto de partida. Ellos llevan su bandera tanto en los calzoncillos como en el fondo del escenario de un concierto de Elton John, mientras que nosotros asociamos la nuestra a los fascistas. A los españoles nos encanta ser poco profesionales, de lo que los ingleses se ríen («mañana...,» dicen), mientras que ellos suelen ser serios en el trabajo (hay de todo, pero no como aquí). Yo he visto a un ministro británico dimitir por haber comprado unos pañales pagados con tarjeta del Estado, lo cual jamás ocurriría en España... Los ingleses luchan por sí mismos y los españoles nos peleamos como en el lienzo que nos retrata Duelo a Garrotazos de Goya mientras los ingleses utilizan al mismo pintor para retratar a sus líderes como el Duque de Wellington. ¿Quién de los dos actúa mejor? ¿Aprenderemos algún día?