Cartas al director
El fútbol no es deporte
Estamos desayunando esta semana con la filtración de conversaciones entre el presidente de la RFEF Sr. Rubiales y el jugador del Barcelona Piqué, sobre distintos temas de los cuales dejan en muy mal lugar a ambos. En ellas se descubren los entresijos de distintos intereses económicos entre el presidente y el jugador como empresario en el que se reparten comisiones, en las conversaciones comentan que el negocio será más cuantioso siempre que en las competiciones queden clasificados el Real Madrid y el Barcelona para disputar la supercopa de España en Arabia Saudí, los otros dos equipos participantes recibirán una cantidad mínima en relación a lo que percibirán la federación, Madrid y Barça, Piqué se lleva un pastizal como comisionista. ¿Es legal? Sí, es legal ¿Es ético? No, ni por parte del presidente de la RFEF que multiplica su salario en función de los ingresos de la federación, con un sueldo de 160.000 €, multiplicada hasta más de 600.000€ por patrocinios en 2021. Ni por el jugador que estando en activo y siendo componente del Barça es una parte implicada por mucho que diga que es una relación empresarial, ésta no deja de ser juez y parte. Nos descubren estos tejemanejes que el futbol es un mundo corrompido en que queda claro la enorme cantidad de millones que se mueven y que están fuera de control. El Barça con un balance negativo de menos 144.000.000 millones de euros puede realizar fichajes, mientras otros equipos están sometidos a un control exhaustivo como pueden ser el Valencia o el Real Zaragoza, cualquier otro equipo estaría camino de un descenso como ocurrió con la Juventus en Italia ¿Por qué aquí no? Quizá de estas conversaciones se extraiga el porqué del trato de favor que está llevando este equipo desde hace unos años. La falta de control económico de las federaciones las convierte en centros de patrocinio, es muy difícil echar a un presidente cuando se llega a una federación, permanecen muchos años porque manejan las estructuras desde dentro, no hay un número limitado de mandatos, lo que invita a las corruptelas, ha pasado con los últimos presidentes: Pablo Porta, José Luís Roca, Ángel María Villar o ahora Rubiales, así como en la UEFA Y FIFA. Para los aficionados el futbol ha dejado ser un deporte por estar prostituido, necesita una limpieza de las competiciones que quedan muy mal paradas, el fútbol necesita una remodelación de sus estructuras muy urgente.