Cartas al director
Margarita
Sr. Director:
Margarita ha dado un paso de gigante, que sinceramente no se creía que fuera a darlo. Y ha tardado. Ha preferido dar las explicaciones oportunas en la Cámara Baja, que en los corrillos habituales en actos con periodistas. Y eso la honra. Confirma el espionaje a toda la caterva secesionista, independentista, filoterrorista, en pos de la tranquilidad de un Estado. Porque a eso se dedica el CNI, a proteger y salvaguardar la defensa de España, y para ello tiene que espiar a quienes se consideran enemigos de un país, y que lamentablemente se encuentran en las mismísimas instituciones gubernamentales. A ella se ha unido Macarena, más directa que la antes nombrada. Justifica que «poco les espían», y además se ha revuelto contra Meritxell, una sorprendida presidenta del Congreso que no daba crédito. Día de «emes» completo. ¿El futuro de Margarita? No le auguro mucho tiempo más en un Gobierno más interesado en apoltronarse que en hacer lo correcto, que es defender unánimemente a su ministra. Margarita tiene ante sí un dilema: seguir en un Gobierno que protege y ampara a quienes promueven el rupturismo, o dimitir con la cabeza bien alta, llevando tras de sí una buena gestión en su Ministerio. Porque Margarita... está linda la mar políticamente hablando, atlántica o mediterráneamente, esos mares que rodean nuestra amada piel de toro y llanuras donde ven más grotesco el espionaje a políticos que a niños en un recreo.