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Cartas al director

Robles y Sánchez, tal para cual

Cuando esta Semana Santa leí que el vicealmirante de la Armada, fulminado en 2018 por Margarita Robles, pasaba a la reserva (BOE 15 de abril de 2022), recordé el agravio de la ministra de Defensa, anulado tiempo después por el Tribunal Supremo. Recordé también que ese mismo año la ministra de Defensa anuló unas oposiciones ya terminadas (Psicología Militar), lo que le valió otra sentencia condenatoria del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Y recordé el calificativo que le merecieron a la ministra de Defensa las sentencias del Tribunal Constitucional sobre el estado de alarma, conminando a los magistrados a que se dejasen de «elucubraciones». Ahora, a cuenta del espionaje a los golpistas, dice que no se aportan pruebas. Si las sentencias de la Sala de Madrid, del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional no provocaron en la ministra Robles la posibilidad de presentar su dimisión, no espere nadie que ahora sea destituida. Al presidente Sánchez también le resbalan las sentencias pues, en definitiva, lo importante de este Gobierno es siempre el como sea. Salvar vidas como sea, espiar a los golpistas como sea, aprobar decretazos como sea…