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Cartas al director

Los servicios de inteligencia

Es normal que todo Estado soberano posea un medio que le permita prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión, contra su independencia o integridad territorial. En España esta misión la cumple el Centro Nacional de Inteligencia. El CNI al igual que otros Centros de Inteligencias del mundo, mira por los intereses nacionales y estabilidad del Estado de derecho, y sus instituciones.

Dicho lo anterior, es incomprensible cómo ciertos sectores de nuestro entorno político se rasguen las vestiduras, se escandalicen y armen la marimorena porque el CNI haya investigado a quienes prepararon e intentaron ejecutar un golpe de Estado contra la soberanía y la unidad de España y, además, prometiendo que lo volverán a hacer.

Pero no es lo preocupante del caso, las protestas de los partidos políticos que han alzado sus voces contra el CNI; lo verdaderamente alarmante, es el gran error cometido por el señor Sánchez a raíz de la referida protesta, nombrando a los portavoces de ERC, de Junts, de Bildu, y de la CUP, miembros de pleno derecho del órgano que da acceso a secretos oficiales del Estado.

¿Qué es lo que pretende el presidente del Gobierno, don Pedro Sánchez, abriendo por primera vez información altamente sensible y de máxima seguridad para España y que afecta también a la propia seguridad y al trabajo que realizan nuestros servicios de inteligencia a partidos que se declaran abiertamente enemigos del Estado?

Los cuatro partidos secesionistas junto al PNV ostentarán desde ahora cinco de los diez puestos de la comisión. ¿Es lógico y democrático que con 34 diputados, un 9,7 % de la Cámara Baja, tengan un peso del 50 % en la comisión?

En este «affaire» existen muchos puntos oscuros y algunas casualidades muy sospechosas, ¿no es cierto señor Sánchez?