Cartas al director
El sainete
Todo lo que pueda salir mal sale mal, todo para describir la gobernanza de Pedro I el mentiroso. Está batiendo un récord de ineptitud y trapicheo como nunca visto en España. Un ministro de Pedro I, Félix Bolaños, uno de los desaventajados del presidente, en una rueda de prensa sin pies ni cabeza, intenta un golpe de efecto desesperado, entre folletín o fabulación de microondas. Intenta una defectuosa cortina de humo tras la publicación del espionaje a los políticos catalanes del golpe y los indultos. Y el Gobierno mentiroso se queda en paños menores, se resbala por la jabonosa escalera de sus mentiras. ¡Qué vergüenza! Y lo hacen sin talento ni sentido común. El inquilino de la Moncloa como siempre miente mal, no consigue que nadie le crea: ni sus socios, ni la oposición. No sé si queda algún ignorante que pueda creer que el Gobierno de España ha tardado un año en darse cuenta de que era espiado. (Eso no se lo cree ni un chucho chupetón del pesebre) De ser así, ¿lo cuenta ahora para espantar exactamente qué? A los ignorantes que creen al espía o al espiado, o a los dos. Con estas declaraciones del ministro de la mengua todo les sale mal, todo es una estafa. Dicen que fueron infectados sus teléfonos por un virus del espionaje. Eso de «Pegasus», el mismo virus que, según los golpistas fue usado para espiarlos a ellos y pararles otro golpe paletudo. Todos son unos especialistas en el arte de la mentira para conservar el pesebre, el cinismo ni aburre ni confunde, solo engaña. Al que se deja engañar.
Pegasus, ¿realidad, propaganda o mentira? Los Estados tienen complejos sistemas de espionaje, unos buenos y otros malos. Depende de cómo sea el Gobierno, bueno o malo. En España no lo podemos tener peor. Los sistemas de espionaje son para defender a los ciudadanos de activistas, golpistas, filoterroristas y demás insurgentes que son los protegidos del indulto. El Gobierno espía en un mundo civilizado. Y los indultados destruyen el mundo civilizado y la democracia.
Pegasus nos devuelve a la línea divisoria de la humanidad, es nuestro dique de contención contra la mentira y la barbarie…