Cartas al director
La oferta de empleo público para el año 2022
En mi opinión, el Real Decreto de la oferta de empleo público de Sánchez, publicado ayer en el BOE, es un esperpento, casi idéntico a los de Zapatero de las ofertas de los años 2005 y 2006. Los criterios de selección de Zapatero fueron declarados nulos de pleno derecho, por no haber recabado dictamen del Consejo de Estado (sentencias del Tribunal Supremo de 31 de mayo y 2 de julio de 2008 –oferta de 2005–; y sentencia del Tribunal Supremo de 23 de diciembre de 2008 –oferta de 2006–). Pues bien, en la oferta de Sánchez tampoco se cuenta con el Consejo de Estado, a pesar de que también se establecen nuevos criterios de selección (artículo 3 del Real Decreto). Pero Sánchez va más allá que Zapatero. Sánchez ordena, por Real Decreto, que los participantes presenten todas las solicitudes electrónicamente, incluidas las solicitudes de destino (artículo 3.16 y 3.17 del Real Decreto), con manifiesta infracción de una norma de superior jerarquía, la Ley del Procedimiento Administrativo Común (artículo 14). Y Sánchez ordena que los temarios se adapten a ejercicios prácticos y de respuesta breve o alternativa (artículo 5.5, in fine, del Real Decreto). Por cierto, en las ofertas de Zapatero de los años 2005 y 2006, cuyos criterios de selección, insisto, fueron declarados nulos de pleno derecho por el Tribunal Supremo, ingresaron en el servicio público personas que, con el tiempo, gestionarían en primera línea la pandemia de la COVID-19. Fernando Simón es su máximo exponente. De hecho, Fernando Simón ganó dos oposiciones. El resultado de tanta «excelencia» es de todos conocido. Res ipsa loquitur.