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Cartas al director

El ADN del PSOE y Pedro Sánchez

«El Partido socialista no es un partido reformista (…) cuando ha habido necesidad de romper con la legalidad, sin ningún reparo y sin escrúpulo. El temperamento, la ideología y la educación de nuestro partido no son para ir al reformismo».

Retomando citas de Francisco Largo Caballero, el Pedro Sánchez de la Segunda República Española, hay afirmaciones que realmente retratan el ADN del socialismo español, el de su fundación, el de su historia y el de su cultura. El PSOE no es, ni ha sido ni lo será, un partido socialdemócrata, moderado y centrista. El PSOE es un partido radical, extremista, que no acepta las reglas del juego democrático basadas en la legalidad y la libre alternancia, solo permite que ellos gobiernen y, desde el minuto uno de que llegan al Gobierno se ponen a una doble labor, la primera, subvertir el orden constitucional establecido y la legalidad que heredan, con políticas que rompen las costuras del sistema, aliándose con aquellas formaciones políticas de ultraizquierda que puedan y, sobre todo, con los partidos secesionistas. Así lo hicieron en el 34 y en el 36, provocando una guerra civil, intencionadamente, buscada, deseada, y el que no lo crea, que se dedique a ver las hemerotecas y las declaraciones de sus líderes en la anterior experiencia democrática. Pero lo peor no es esta primera labor, lo dramático es la segunda labor. ¿En qué consiste? Pues en impedir la libre alternancia, haciendo oposición a la oposición de derechas y de centro, llegando a utilizar todos los medios a su alcance, y no solo los legales. Las grabaciones del comisario Villarejo, muchas de ellas grabadas con notoria ilegalidad criminal, propias de un Estado comunista, totalitario y de sesgo no ya fascista, al peor estilo de Stalin, sino mafioso. Son grabaciones que deberían haber sido destruidas en su debido momento y no ser utilizadas para beneficio del Gobierno y el escarnio del principal partido de la oposición. Y todo ello por una única razón, que Pedro Sánchez está desesperado, tiene información directa de su propio CIS, de Tezanos, que le indica y confirma que su ciclo político se está acabando y que el PSOE, primero en Andalucía y luego en las municipales y autonómicas de un año, va a hundirse electoralmente, a imagen y semejanza del socialismo francés, pudiendo llegar incluso a su desaparición. Sin embargo, esta amarga realidad no le justifica, en absoluto, de ser partícipe de sendos delitos de revelación de secretos y utilización de material de investigación que ni siquiera forman parte de la documentación judicial de las causas que, por el motivo que sea, aún siguen pendientes y que pudieran afectar, a nivel meramente indiciario, a algunos líderes del PP en anteriores etapas. Es algo absolutamente inaceptable en un Estado democrático y de derecho. De este modo, el señor Feijóo no debería pactar ningún acuerdo de reforma del CGPJ ni de ningún otro pacto con Pedro Sánchez mientras este último siga en el poder. No se debe pactar con aquel que le está injuriando y filtrando noticias a la prensa.