Cartas al director
Junio: mes LGTBI
Provocaba extrañeza aritmética la publicación de una reciente foto de un reducido grupo de manifestantes en la escalinata de una céntrica plaza de Sevilla enarbolando banderas LGTBI, y cuyos titulares venían a decir que 34 entidades LGTBI de todas las provincias se manifestaban ante las próximas elecciones andaluzas para animar a la izquierda y contra la extrema derecha. Lo extraño es que los manifestantes sólo eran 18, aunque quizá la discordancia de números radicase en no haber aplicado para el cómputo las novísimas matemáticas con perspectiva de género. En cualquier caso, inflar los números de manifestantes y afectados respecto a estos colectivos es algo que viene de lejos: recuerdo que hace años, al encontrarme con una de las primeras concentraciones LGTBI donde no había más de 50 personas, al día siguiente se habían convertido en 500 según la Policía Local. ¿A qué se debe tan generoso tratamiento? Queda patente la enorme influencia como lobby de presión que estos numerosos grupos, pero de reducidísima militancia, han alcanzado en nuestra sociedad, donde a las grandes empresas e instituciones les falta tiempo para exhibir el consabido logo del arco iris nada más llegar junio. Un mes del que han conseguido apropiarse con la inestimable colaboración activa o pasiva de casi todos.