Fundado en 1910

Cartas al director

Situación insostenible

Artículo 118 de la Constitución:

«Es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales, así como prestar la colaboración requerida por éstos en el curso del proceso y en la ejecución de lo resuelto».

Vamos a ver, en España ocurre algo que no pasa en el resto de los países europeos de nuestro entorno y es que ya es una costumbre el que un gobierno autonómico, como el de Cataluña, incumpla, de una forma flagrante, la legalidad vigente, incluso al máximo nivel como es en el constitucional, sin que el Gobierno de la nación, que tiene, a su vez, el imperativo legal de cumplir y hacer cumplir las Leyes, lo impida. En este sentido, el artículo 118 de nuestra Constitución es muy claro y no permite ningún tipo de excusas o artificios para no ser cumplido, «las sentencias judiciales tienen que ser cumplidas». Pueden ser recurridas, incluso en vía de amparo si se quiere ante el propio Tribunal Constitucional pero, una vez firmes, hay que cumplirlas, en sus estrictos términos, no solo acatarlas. El decreto del Gobierno catalán, que viene a servir de un escandaloso mecanismo para no cumplir la decisión judicial firme del 25 % del castellano en los centros educativos, es abiertamente ilegal y, además, constituye un delito de desobediencia de manual. Pero, el problema no es solo que sea así, sino que el Gobierno de la nación no lo impida, teniendo mecanismos legales para hacerlo, por una cuestión de impunidad y de pura dejación de funciones, por su problema de supervivencia parlamentaria y del propio Pedro Sánchez en su cargo. La situación es insostenible y la alternativa es la siguiente, o se ponen los instrumentos legales para impedir tal ilegalidad y delito o Pedro Sánchez y su gobierno de coalición se constituye en cooperador necesario para la consumación de tal acción, inconstitucional, ilegal y penal. Así de sencillo. Y, si es necesario, se aplica el artículo 155 de la Constitución pero, en esta ocasión, con la máxima contundencia, no solo como un mero paripé, que es lo que sucedió, desgraciadamente, en la otra ocasión. De aquellos polvos vienen estos lodos, evidentemente.