Partidos políticos humanistas cristianos

Estoy contando días y horas para mi marcha a Madrid y, comprobar que existen partidos políticos en España de corte humanista. Son muchos pocos, pero con ímpetu y arrojo que desean presentarse a las próximas elecciones españolas. Se conocerán y unirán como una verdadera piña este próximo jueves 16 en Madrid en torno a la Presidencia Europea de Partidos Cristianos que viene a ilusionarnos y abrirnos sus brazos (ECPM).

Sabemos que el índice de participación en electores no llega al 50 %, que la crispación va en aumento, la posverdad se está haciendo dueña de los distintos hemiciclos y que el relativismo cada día toma más fuerza junto al laicismo. Todo una mezcolanza que agita a un pueblo cargado de buenas esperanzas. Tengo por cierto que el prestigio profesional, la honradez, el buen hacer y la vida en familia son semillas suficientes para hacerse valer y aportar mucho bueno que tanta ciudadanía espera sin saberlo. El mundo del político ha caído a las profundidades más oscuras de pozos sin retorno. De ellos, el mundo del centroderecha se declara cristiano, pero la coherencia entre fe, conducta y leyes, vida personal y política dejan que desear.

Grandes contracciones en la convivencia entre religión y política, no haber superado los viejos tópicos clericales y anticlericales, deterioro del sistema es, por tanto, una buena oportunidad para avanzar en la normalización de estos nuevos partidos humanistas. Piensen que son muchos los españoles que hoy por hoy no encuentran partidos de acuerdo con sus formas de pensar y vivir, y viven en la orfandad política absoluta. El problema ante el que estamos no es político sino moral y ello está claro. Necesitamos políticos con principios y no estamos para dar saltos. No están dispuestos a ser coherentes y muchos estamos hartos de buenas palabras y de votar al menos malo, con aromas de perfume barato. El peligro de la hipocresía y el cinismo los tenemos ahí y, por tanto, dichos partidos humanistas cristianos no es que vengan a romper un trozo de la tarta, sino a sumar, en busca de tantos que se sienten abandonados y no pueden permitirse el lujazo de ir a votar.

Estamos ante una nueva propuesta cristiana para la política española y europea desde European Christian Political Movement.