Cartas al director
Hacer blanco lo negro
El pasado 17 de junio, El Debate nos informaba sobre las disparatadas declaraciones de María Jesús Montero, ministra de Hacienda, que acusó al PP de no invertir «todo el dinero» y «presumir de tener superávit», añadiendo que, «para el que no lo entienda, es lo mismo de (sic) haberse quedado con dinero sin gastar para los ciudadanos».
Parece que luchar contra uno de los males endémicos de nuestro país está mal. No importa que la consecución del superávit probablemente sea reflejo de un aumento en la eficiencia de la administración. No importa que la consecución de un superávit nos permita reducir una deuda cuyo pago de intereses amenaza nuestra economía.
¿Cómo se puede retorcer la realidad de esa forma? ¿Se habrá ofendido a los potenciales votantes, o habrá surtido efecto el engaño?
Lamentablemente, esta no es, ni mucho menos, la única mentira a la que la clase política nos tiene acostumbrados. Hay otras.
Otro engaño especialmente importante, en el que también se retuerce la realidad para presentar blanco lo negro, contra toda lógica y subvirtiendo nuestro propio orden constitucional, es el caso del aborto, donde lo que es éticamente reprobable, y debiera ser ilegal, se presenta como un derecho.
La manipulación que vivimos ante el aborto es especialmente sangrante, porque por alguna oscura razón, los actuales poderes del Estado guardan, en el mejor de los casos, un clamoroso silencio. Partidos políticos, grandes medios de comunicación, incluso el propio Tribunal Constitucional están incumpliendo sus deberes constitucionales (STC 53/1985).
Puesto que el silencio ante el aborto nos hace cómplices, animo a los lectores a que se unan a la Manifestación en Defensa de la Vida y la Verdad del próximo domingo 26 de junio en Madrid.