Uvalde o cómo seguir distrayendo

Una vez que pasado el fragor de la tragedia ocurrida en Uvalde que, aquí en España y a 8.418 kilómetros de distancia, nos ha tenido absortos durante un par de semanas, es bueno tomar distancia y analizar algunos datos (año 2020 en EE.UU. ):

- Número de muertes por homicidio según el CDC: 24.576

- De ellos, por arma de fuego: 8.029

- De los cuales por rifles: 455 (solo por personal weapons, esto es, manos, puños, piernas, etc., 662).

- Muertes por suicidio: 45.979

- Muertes por sobredosis: 107.000

- Datos de 2015: 564.708 personas «sin techo» en EE.UU. De las cuales, unas 140.000 tenían problemas mentales graves y un total de aproximadamente 250.000 tenían algún tipo de enfermedad mental.

- El 11 % de la población estadounidense consume algún tipo de antidepresivo. Solo en el último cuatrimestre de 2020 se prescribieron 3,2 millones de algún tipo medicación antipsicótica o contra algún trastorno semejante.

En definitiva, ¿son los rifles de asalto el verdadero problema en los EE.UU.? ¿Un problema tal que hasta a más de 8.000 kilómetros nos ha ocupado y preocupado por encima de casi cualquier otra cuestión que sí nos afecta de manera directa?

La cuestión no es baladí. Los demócratas, sus amos privados en la sombra –aunque no tanto– y sus lacayos institucionales en el resto de Occidente, siguen en su empeño de cortar una de las principales vías de financiación de los republicanos a efectos de perpetuarse en el poder, mientras nos distraen en lo sentimental.

El problema de todo ello es que o bien se suben los tipos de interés, o bien se deja la inflación desbocada. En cualquier caso, la recesión acecha. Y con ella, China y un definitivo golpe de timón. Para todo ello, enfrente solo existe una oligarquía fabuladora que insiste en una fantasía a su favor ya casi imposible, y una sociedad enferma, zombi, enredada en debates estériles. Con EEUU, el resto de Occidente.

No somos rival.