Cartas al director
Totalitarismo
Siempre que observemos que un gobernante va sometiendo poco a poco todas las instituciones del Estado y apropiándose de sus poderes, evitando que nadie le controle a él, el camino que sigue es el de la ineludible dictadura. Si a su vez impone al pueblo teorías ideológicas acordes con su proceder es señal inequívoca de que lleva el camino de engañar al ciudadano para implantar su autocracia. «La ley sin razón es criminal» (Criss Jami). Desde que fray Mentiras gobierna nuestro país, no paramos de advertir la aparición de leyes al margen del consenso razonable del pueblo (el Parlamento) y únicamente avaladas por la escoria de la política, de los que amparan el desastre de Gobierno que nos toca padecer, de los que quieren acabar con España. Una dictadura es un sistema de Gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio; no existe la libertad para actuar como creamos más conveniente.
Son muchos los ejemplos que nos muestran el camino hacia la dictadura del Sr. Sánchez y en los últimos días tenemos la toma de Indra, empresa importante en la regulación y control de las elecciones; no quiere este señor que le ocurra otra vez el desastre que ha tenido en las elecciones pasadas. También ha tomado el control del INE con el mismo objetivo. Por supuesto que para evitar los reveses que le ha propinado la Justicia tantas veces pretende controlar también el Tribunal Constitucional y así tener cubiertas las espaldas. Todo esto, después de tener a su servicio todos o la mayoría de medios de comunicación.
Pero las ideas y la moral que posee nuestro presidente es de lo más retrógrado y pérfido que te puedas imaginar, amparando la matanza de niños no nacidos (aborto) y a los adultos que precisan ayuda y acompañamiento les anima a suicidarse con la eutanasia antes que dedicarles el apoyo que merecen.
La dictadura es un régimen de Gobierno caracterizado por la concentración de todos los poderes en un individuo o en una institución que no tienen ninguna limitación legislativa ni responsabilidad ante nadie. ¿No es esto lo que tenemos cada día más acusado los españoles?
Es monstruoso el concepto que tienen algunos políticos –y en especial los inútiles de nuestro Gobierno– de la vida: «A este se la quito, a este se la doy; este no ha nacido aún y nadie le conoce, este es viejo y en vez de otorgarle paliativos, que le maten». Desprecio absoluto a los seres humanos, mientras que se respeta tanto (y eso sí está bien) al mundo animal.