Cartas al director
Poca profesionalidad en la cumbre
He observado, en la cumbre de la OTAN, muy poca profesionalidad. En los ámbitos profesionales no se dan besos con independencia del sexo de los interfectos.
Se besa en el ámbito privado, no en el profesional y, por supuesto, se limita, lo más posible el contacto interpersonal.
No se debe tocar, y abrazar mucho menos. Un desastre: los nuestros y los visitantes. No saben estar, y se les nota.
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