Cartas al director
San Agustín frente a las sectas 'woke'
¿Por qué lo llaman ideología cuando quieren decir secta? Los discursos postmodernos de jaurías de adanes que te ordenan lo que puedes o no decir no es algo nuevo. No sería difícil identificarlos como la secta de los maniqueos, pero del siglo XXI. Solo existe para ellos lo bueno y lo malo, que debe o no ser cancelado. Precisamente esa palabra «cancelación» no es otra cosa que censura de muchedumbre acompañada de la negativa a cualquier tipo de debate. Te niego la legitimidad de existir en la esfera pública. La cara menos amable de la tolerancia woke.
¿Qué hacer ante los maniqueos? La respuesta creo que podemos recuperarla de aquel que venció intelectualmente a dicha secta en el siglo IV, San Agustín de Hipona. Comprendió que en el debate y la confrontación abierta de ideas es donde se puede alcanzar la verdad. La mentira necesita esconderse, es débil, pero la verdad aflora. Siendo un deber para el hombre buscar la verdad, pues es en última instancia la medida de todas las cosas: Dios.
Así vemos que la cultura de la cancelación no es más que el telón sobre el que se pretende que toda mentira pueda esconderse porque «los debates se cierran» una vez entran en la estructura mental maniquea. Protegidos de confrontarse con la razón, la realidad o la lógica.
San Agustín, como uno de los más grandes oradores de su tiempo y como Padre de la Iglesia, derrotó intelectualmente a los maniqueos, junto a otras muchas sectas. Esto fue posible porque la verdad pudo abrirse paso frente a los más errados herejes que, sin embargo, estaban dispuestos a dialogar, algo que no se puede decir de los actuales. En nuestras manos queda levantar ese telón.