Cartas al director
Pedro, estás soltando lastre
Dice un viejo adagio que las casualidades no existen en la vida, algo de lo que estoy totalmente de acuerdo. Pues si ocurre en la vida cotidiana, más en la vida pública. Me refiero a dos renuncias o dimisiones (en el fondo, ceses encubiertos) que han ocurrido en torno al PSOE en menos de 24 horas, la de Adriana Lastra, como vicesecretaria general del partido sanchista y la enchufada en la Fiscalía General del Estado, Dolores Delgado. Vamos por partes: en primer lugar, Adriana Lastra ha sido una absoluta entregada a su señor, Pedro el de las Mercedes, con una entrega y un sectarismo tóxico que ni el mandamás la podía superar. Su odio hacia los adversarios de la derecha, a los que consideraba enemigos, su falta de talante moderado y democrático, sus famosas salidas de tono, en alguien tan joven, ha constituido una de las peores referencias negativas que se pueden destacar en el último lustro, desde que Pedro, el de las Mercedes, consiguió el poder gracias a una moción de censura impresentable. En segundo lugar, Dolores Delgado, que fue ministra de Justicia y, a través del censurable sistema de las puertas giratorias, a pesar de su carácter sectario y políticamente dependiente impropio de cualquier miembro de la carrera fiscal o de la judicatura, la ascendieron a la Fiscalía General del Estado, contra el criterio de cualquier persona que haya estudiado la carrera de Derecho, dedicándose, a continuación, a ejercer de Fiscal General del PSOE, en lugar del Estado, obviamente, haciendo estricto cumplimiento del deseo de su señor de que, a la pregunta de quien era la Fiscalía, manifiesta, con toda la cara dura que le define, «¿la Fiscalía, pues mía, claro, de mi Gobierno, de quién va a ser si no?». Pero, a pesar de todo, Pedro, el de las Mercedes, no tiene mucha compasión con sus peones o peonas y, para salvarse el cuello, prescindirá, sin que le altere el pulso, de todo aquel o aquella de sus más fervientes seguidores o seguidoras, hasta el mismo momento de que se celebren las próximas elecciones generales que, ojalá, sean lo más pronto posible. Esto se pone muy interesante.