La señora Lastra y el señor Sánchez

La mano derecha del señor Sánchez en el PSOE, doña Adriana Lastra Fernández, la incondicional, su acompañante en el selfi que se hicieron el 7 de febrero de 2017 con el Peugeot 407 al fondo, en el comienzo de su periplo propagandístico por España, su compañera y buena amiga –como él la definía entonces–, el látigo que fustigaba de forma implacable a la derecha, la demócrata que alentó a sus partidarios de izquierdas a «incendiar» las calles de Andalucía, si el PSOE perdía las elecciones en esa autonomía, la señora que con malas artes y peor vocabulario, no supo encajar, con elegancia y sentido democrático, la derrota del Partido Socialista en dicha autonomía; pues bien, esta señora, como ocurrió con el señor Ábalos, con la señora Calvo y el señor Redondo, ha sido defenestrada de un plumazo por don Pedro Sánchez, cesándola del puesto de vicesecretaria general del PSOE.

Está visto que el escapista de la política, el presidente del Gobierno de España, el señor Sánchez, ha convertido al PSOE, a base de cambios, destituciones, y componendas de las estructuras internas de este, en un partido totalmente personalista, de imperioso culto al líder, a su ego, a su persona. Ha conseguido, según la conveniencia propia del momento, conformar una ejecutiva a su medida, a su capricho, a su interés; importándole un pimiento los asuntos que verdaderamente son de peso, y valedero para los intereses de España.