Cartas al director
Pedro Sánchez humilla a Extremadura
Sánchez ha montado una descomunal maquinaria de propaganda en la Moncloa con el objetivo de convertir en alabanzas sus reiteradas desvergüenzas. El Gobierno inauguró sin sonrojarse como AVE en Extremadura, un tren que circula a una velocidad media de 89 km/h. Sánchez se apresuró a poner en marcha el tren fraudulento por la obsesión que la Moncloa tiene por las inauguraciones, con la intención de mitigar los dolores de cabeza que le acarrean las encuestas electorales, los problemas energéticos y económicos. El presidente, a pesar de que el territorio vivía abrasado por los incendios, se empeñó en seguir adelante con el único objetivo de salir en la foto e involucrando al Rey Felipe VI, en una bochornosa y deleznable determinación. Su objetivo de allanar el camino hacia su permanencia en la Moncloa, utilizando a Extremadura, ha sido una torpeza inaudita provocando una indignación generalizada, con resultados contrarios a los que pretendía. Será difícil que el voto de los extremeños vayan a las urnas del PSOE sanchista, tras esta humillación tan denigrante.
Las justificaciones que hemos escuchado al presidente de Renfe, Isaías Taboas, a la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez y a la ministra de transportes, Raquel Sánchez, son una burla grosera y un insulto a la inteligencia de los ciudadanos. Isaías Taboas ha postulado como solución que «si los trenes no llegan a tiempo, se alarga la duración prevista del trayecto y listo», así «la gente no tiene la sensación de que el tren llega tarde». Una desvergüenza intolerable.
Se exigen dimisiones y una disculpa pública del presidente del Gobierno.
No sería extraño que Pedro Sánchez fuera condecorado en Extremadura con el galardón de persona non grata.