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Cartas al director

Salvar al soldado Scholz

Solar, eólica y gas ruso. Fue y es la apuesta. ¿Por qué no nuclear? Por ecología, sí, pero no sólo. Alemania –30 % Siemens– no tenía el liderazgo industrial en materia nuclear. Lo tenía Francia –70 % Areva–. La cooperación franco-alemana entre ambas se deshizo al retirarse Siemens en 2008 convencida de que no obtendría nunca el liderazgo en la construcción de nuevas centrales. En política industrial Alemania siempre quiere ser líder, no socio minoritario. En esta tónica, en 2011, y ya puestos, Merkel aprovechó Fukushima para lanzar el cierre de centrales. Alemania tiene aún tres útiles. ¿No sería mejor mantenerlas en activo antes de echar carbón al fogón eléctrico? Sin duda. Y con la solidaridad de la UE que ya compra electricidad alemana negra como el carbón que la produce… a cambio de relanzar la inversión e innovación en energía nuclear. Esa debería ser la condición para salvar al soldado Scholz.

José Eguiagaray

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