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Cartas al director

Mentes devastadoras

No hay piedad ni compasión, razón ni argumentos para esta locura desatada que dura ya cuatro meses y no se sabe cuándo acabara. Es la invasión de un país. Es la guerra contra ese país, es la avaricia de un genocida con una mente devastadora. Que se ampara en una ideología criminal para cobrarse miles de vidas inocentes. De mujeres y niños sin defensa, muertes buscadas deliberadamente causando intencionadamente el mayor dolor, destrucción y devastación posible. Esa es la ideología. Devastación de la moral humana.

Hasta cuándo tiene aún que sufrir una población en una guerra cruenta, circular y de desgaste absoluto. La táctica es clara, régimen totalitario comunista, dolor, miedo, hambre, terror y atemorización de la población civil. Devastar. Simplemente devastar.

Cuánto dolor, cuánta rabia, cuánta destrucción. Si pudiera embotellar la indignación que me produce tras ver todas estas atrocidades, podría hacer cocteles molotov letales que borraran de las mentes estas ideologías que provocan tantos males.

Pero no: mi indignación se basa en el malestar por la hipocresía con que se ven determinadas imágenes y esos brotes de furia cuando lo visto no nos gusta. Y cuando nos convertimos progresivamente en testigos impotentes de un mundo del que cada vez sabemos más, pero ese conocimiento nos da menos claves para cambiarlo. Esa falta de dialogo con inteligencia, nos envía a los infiernos de la naturaleza humana. A la devastación y la muerte…

Maximo de la Peña Bermejo

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