Retazos fascinantes de los ERE

La confirmación de la sentencia a Chaves y Griñán ha reavivado en nuestra memoria algunos retazos de la corrupción del PSOE en Andalucía. Los medios publicaban corruptelas que nos movían desde la jocosidad a la indignación y desde la incredulidad al esperpento. Se inició la saga con Guerrero, director general de Trabajo (ya fallecido), imputado por ayudas ilegales concedidas a diversos trabajadores de empresas en las que nunca trabajaron, destinando parte de las subvenciones a pagar cocaína.

No menos notable fue Juan Lanzas, «el conseguidor», que actuaba como comisionista para financiar al PSOE y a UGT. Acumuló tal riqueza que su madre se jactaba de que todas las semanas le transfería a su cuenta entre 20.000 y 25.000 euros, y que tenía dinero «pa asar una vaca».

También llamó la atención Irene Sabalete, delegada de empleo, que obligaba a los trabajadores a salir a la calle a reclutar votos para el partido, abandonando su puesto de trabajo.

La gestión del sistema escolar fue delirante. El porcentaje de aprobados les obsesionaba tanto que para aumentarlo, presionaban al profesor, llegándose a la aberración de exigirles 16 documentos para que justificasen cada suspenso.

Un gran escándalo fue descubrir cómo se financiaba el sindicato UGT. Lo hacían de forma irregular, a través de un fraude masivo de las subvenciones de la Junta, destinadas a los fondos de formación. Para ello se inventaron una trilogía de la vergüenza: el rapel, el bote y el canon revolucionario.

Pero el caso más rociero fue descubrir que un diputado socialista fuera director del CAF (Centro Andaluz de Flamenco) de 2012 a 2015, sin saberlo el protagonista. Cuando un periodista le requirió información sobre el CAF, contestó: «¿Qué es eso? ¿Eso dónde está?»

A través de los ERE podemos atisbar la fascinante historia de esta corrupción política socialista que Sánchez y sus corifeos quieren ignorar. Felipe González ha difundido una carta decepcionante titulada. «Confío en Pepe Griñán». Yo confío en el Estado de derecho y en las sentencias judiciales.