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Cartas al director

Sigan luchando

Amigos que se reúnen en una cuchipanda, en la que se habla de lo divino y humano, más de lo humano, y que es regocijo y sastrería, porque también «se cortan muchos trajes». Nada importante, porque al rato todos juntos y pelillos a la mar. Tienen tan poco estos pueblos de la Montaña abulense, que una reunión de amigos, como la citada, una denominada semana cultural, con orquestas prefabricadas, parrilladas en un prado y juegos infantiles se convierten en auténticos lujos, comparados con las diversiones y entretenimientos de otros pueblos y ciudades. Los alcaldes de estas cada vez más exiguas poblaciones hacen lo que pueden, no pueden estirar la sábana para que cubra todo el cuerpo. No caben muchas criticas y disputas porque estos pequeños núcleos rurales dependen de diputaciones, comarcas, mancomunidades, Junta y el «Sursum corda». Eso sí, cada verano se notan más y más las carencias. Desaparecen los médicos semanales, porque la población decrece, los teléfonos móviles cada vez tienen menos cobertura e internet es una aventura a la caza de una noticia o una consulta, buscando señales imposibles con un circulito desesperante. A los alcaldes de todos estos pueblos hay que pedirles que sigan luchando, que no desesperen para que no retorne lo del lejano pasado, aquello de esa «Castilla Miserable, ayer dominadora; envuelta en sus harapos, desprecia cuanto ignora».