El carné de demócrata

Después –y antes– de las elecciones italianas, políticos, medios de información, tertulianos, etc. se atreven a juzgar si los resultados han sido democráticos. En definitiva, si ganan los «progres», las elecciones son democráticas; pero si no, por lo menos es bastante dudoso. O sea, que se arrogan el título de catedráticos y jueces de la democracia. Los votos, los ciudadanos, no cuentan, sólo los «expertos».

En concreto, la presidenta de la UE debería dimitir ya, y con ella todo su «Gobierno». Pero lo peor es que esto manifiesta que la UE no es una democracia (ya lo sabíamos, pero por si hubiera dudas). Ya se ve que esa señora es una marioneta de otra marioneta (Biden), que, a su vez, depende de una señora llamada «Casa Blanca», que cada dos por tres le corrige porque se aparta del pensamiento único. Si pensamos en España, lo dicho vale elevado a la enésima potencia.