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Cartas al director

Cambios

Llevamos ya un tiempo cambiando el oro por las monedas falsas. Los sentimientos religiosos por la moda de la calderilla atea y agnóstica y el odio a la religión católica. Los niños por perros y la alegría de la infancia por la adoración a los animales. Los valores por el materialismo y el becerro de oro. La sabiduría y la experiencia del viejo por el endiosamiento de la juventud. La salud del campo por el hormigón y cemento de las ciudades masificadas, colmadas de prisas, odios e indiferencia. La inapelable naturaleza, por su degradación y por la manipulación genética. La estructura familiar por la descomposición, la fabricación de sexos y el retorcimiento del lenguaje, niños, niñas y niñes. La cultura con mayúsculas por infumables libros de diseño y la cultureta y bazofia televisiva. La educación por la grosería. La libertad por el libertinaje. La democracia conquistada con años de sacrificios, renuncias y pactos, por desunión, rupturas, sectarismos y experimentos con dinamita. La vida y esperanzas de vida, con las consiguientes alegrías y penas, por el puro hedonismo, irresponsabilidad y plena libertad para cambiar la vida por muerte. Parece que amamos mucho la vida, pero no paramos de poner velas y hacer rogativas a la muerte.