Cartas al director
El «acontecimiento» de una premio Nobel
Es lógico que el protagonista de una hazaña quiera dar la mayor difusión a lo que, normalmente con gran esfuerzo, haya logrado conseguir. Son muchos los ejemplos de libros y de películas que relatan ese tipo de acontecimientos sobresalientes.
Cuesta entender, sin embargo, que la recientemente premiada con el Nobel de literatura, la escritora francesa Annie Ernaux, considere un «acontecimiento» el aborto al que se sometió para acabar con la vida del ser que llevaba en sus entrañas, y que haya contado esa triste experiencia en un libro titulado precisamente El acontecimiento.
El libro lo escribió la reciente premio Nobel para contar que, en octubre de 1963, cuando era una estudiante de Filología, descubrió que estaba embarazada, y desde el primer momento decidió que no quería tener a la criatura.
Es fácil comprender el drama de esta mujer, que se encontró sola y desamparada, viviendo momentos angustiosos.
Sin embargo, cuesta entender que alguien se sienta orgulloso de una atrocidad semejante, hasta el punto de difundirlo, no solo en el libro citado, sino permitiendo contar su historia en la película del mismo nombre estrenada el año pasado.
Un ejemplo de superación, por ejemplo, el de Sam Bloom, parapléjica que contó su experiencia en la película Penguin Bloom, sí es digno de ser exaltado, pero matar a una criatura no debería difundirse, y menos aún orgullecerse por ello.