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Cartas al director

La Fiesta de los Fieles Difuntos

La Fiesta de los Fieles Difuntos es un día para hacer presente ante el Señor y ante nuestro corazón la memoria de todos nuestros familiares y amigos o conocidos que ya nos dejaron, y que durante la vida diaria no podemos estar recordando. El verso del poeta: «¡Qué solos se quedan los muertos!», expresa también una simple limitación humana: no podemos vivir atados permanentemente al recuerdo de los seres difuntos queridos, por más que seamos fieles a su memoria; ni siquiera sería sano psicológicamente. Por ley de vida, acabamos «olvidando» en parte a nuestros difuntos, al menos en el curso de la vida ordinaria. Por eso, este día especial es una ocasión propicia y oportuna para cumplir con el deber de nuestro recuerdo agradecido. Es una obra de solidaridad el rezar a Dios por los difuntos, es decir, de sentirnos en comunión con ellos, más allá de los límites del espacio, del tiempo y de la carne. ¿Quién no se acuerda de sus padres, familiares, amigos y conocidos que ya dejaron la vida terrenal?