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Cartas al director

El caso de Pedro Sanchez

Einstein decía que el mundo era un lugar peligroso para vivir y no por aquellos que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo. Yo, como un ciudadano más, voy a intentar no pertenecer a este segundo grupo de ciudadanos pasivos y poner mi granito de arena dando mi opinión sobre este tema, siempre con un objetivo positivo y constructivo.

Los recientes ejemplos de nuestro país creo que nos pueden ayudar a ello. ¿Puede ser el oscuro licenciado en economía Pedro Sanchez, presidente del Gobierno de España?, ¿puede ser el oscuro licenciado en derecho y en administración de empresas Pablo Casado, presidente del Partido Popular de España?, puede ser el oscuro licenciado en Derecho y mediocre futbolista, Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Futbol?.

Nunca he entendido, ni creo que entienda, que un presidente de Gobierno de España pueda ser «cualquiera» como dijo el anterior presidente Zapatero a su esposa en una confesión de alcoba, en una frase que lo definía mejor que ninguna otra. Nunca he entendido que, como dijo el actual presidente Sánchez a aquella niña (ésta sí real y no la ficticia de campaña política) que recibió en Moncloa, un presidente de Gobierno «no tiene que estudiar nada en especial». Otra frase para autodefinirse.

En el caso del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, un simple licenciado en económicas que nunca trabajó profesionalmente y Dr. «cum fraude» de su tesis doctoral, su único bagaje profesional es pertenecer, conocer y vencer al aparato político del PSOE de una forma oscura y gris en la mayor parte de su etapa socialista.

Su único objetivo es ser presidente del Gobierno de España por unos años y buscarse, desde su puesto político, un cargo político relevante, los hay a cientos, en el extranjero, principalmente en Inglaterra o en los EE.UU. para que sus hijas completen sus estudios en inglés (al igual que miles de padres españoles) aunque ello le implique abandonar el PSOE, partido político que ha destrozado desde el principio de su mandato. Cuando ocurra esto tras las próximas elecciones generales, veremos a ver las caras que se le quedan a sus votantes y sobre todo a los ministros que «le adoran».

Manuel Gallo

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