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Cartas al director

La democracia cerrada

Vivimos en una democracia, la cual ciertamente no siempre se manifiesta como un sistema perfecto. Por el contrario, la democracia está condenada a resistir continuos ataques o desvíos si queremos que perdure entre nosotros. Y el resultado aparente, como acaba de declarar el expresidente Rodríguez Zapatero, es que «la democracia cada vez es más crítica con el poder». Al menos así se lo parece a él. Quizá el citado expresidente debiera separar los logros de los errores. Si no, tendríamos que darle la razón al humorista Groucho Marx cuando afirmaba que «la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». Algo que se hace con demasiada frecuencia y tan disimuladamente como es posible. El británico Winston Churchill nos dejó dicho que «el político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, pero luego debe ser capaz de explicar por qué no ocurrió todo lo que predijo». Un ejercicio en el que nuestros políticos casi nunca brillan por su transparencia. Recójanse las muchas declaraciones hechas por Pedro Sánchez desde que está en el poder y obsérvese la ausencia de explicaciones cuando la realidad ha desmentido sus palabras.