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Cartas al director

Ley defectuosa

Cuando una ley provoca efectos contrarios a los deseados no queda otro remedio que reconocerlo, asumir responsabilidades y modificarla si es necesario. Esto se eleva a la máxima potencia cuando se trata de una tan sensible como la llamada ley del «solo sí es sí», cuyo objetivo era dar más protección a las mujeres, pero está sirviendo para que agresores sexuales rebajen sus penas o sean excarcelados. Pese a que hubo advertencias de que esto podía pasar, se siguió adelante. ¿Cuál ha sido la reacción de la ministra Irene Montero, que hizo suya esta ley como bandera de su gestión al frente del Ministerio de Igualdad?

Culpar a los jueces que rebajan las penas de incumplir la ley por su machismo. En este punto cabe recordar que las sentencias y resoluciones de los tribunales se pueden criticar, el judicial no es un poder con patente de corso. Pero hacerlo por interpretar la ley de forma legítima es muy grave. Mientras Montero, Iglesias, Echenique, Rosell y otros dirigentes de Podemos atacaban a los jueces, la parte socialista del Gobierno y Yolanda Díaz incidían en que hay que esperar a que el Tribunal Supremo armonice su aplicación. Una reacción razonable, pero hay que recordar que la ley compromete a todo el Gobierno, ya que en su redacción participó el Ministerio de Justicia y fue aprobada en el Congreso y el Senado. Algo tendrán que decir quienes la apoyaron.