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Cartas al director

Triunfar en Madrid

Alberto Núñez Feijóo quiere debutar en Madrid para ser la figura del escalafón. No sé si quiere esperar al 28 de mayo del próximo año en plena feria de san Isidro, como le recomienda su apoderada Isabel, que para eso sabe mucho de su plaza. Los que van a completar el cartel con él quieren que debute ya. No en la plaza de las Ventas, ya que está cerrada por temporada. Sino en la Carrera de San Jerónimo, donde está la Soberanía Nacional. Le dicen que hoy urge hacer el paseíllo, no para buscar el aplauso, sino para parar a la figura del escalafón que está demoliendo todo el Código Penal, todas las leyes constitucionales y hasta el reglamento taurino. Todo para decretar leyes nuevas que le puedan torear todas sus vaquillas y maletillas.

Parece ser que el aspirante a figura tiene demasiadas razones para aplazar su debut, no tiene todavía ajustado su traje de luces para recibir el aplauso de la mayoría de los tendidos, cree que eso fortalecería al figurín de los maletillas, que si tiene más aplausos.

¿Demasiado riesgo sin aplausos? Madrid quita y pone, si no se tiene cabeza. Un hombre experimentado como Núñez Feijóo tiene que saber que en Madrid a nadie le aplauden todos los tendidos a la vez, por muy bien que se hagan las cosas. A Feijóo le ha primado la prudencia y el instinto de conservación, esperar a que se vayan consumiendo los fracasos de todos los tercios de la faena del figurín. Será el momento que el aspirante a mandar en el ruedo ibérico, con astucia, inteligencia y preparación, se lance a la arena y jugarse el todo por el todo. Madrid le va a exigir cada mañana y cada tarde que salga dispuesto a morir en la plaza. Un hombre serio como Feijóo sabe que el aplauso de un demócrata madrileño vale lo mismo que el de un señor de Sevilla, Valencia o Salamanca. Y que en esas plazas se vea con mayor templanza. Así que, Alberto, al ruedo a salvar España, aunque esté cerrada la plaza…