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Cartas al director

Yo soy feminista

Defiendo a las mujeres hasta el infinito, de los maltratadores, agresores y violadores. Estoy en contra de las leyes que perjudican a las mujeres. Esas que dictan las feministas de cuota que quieren encarcelar a los poetas de calle, a los espontáneos del piropo y los amables abrepuertas. Y ponen con una ley a los violadores en la calle. Han querido culpabilizar a todo el género masculino y algunas malas mujeres, a las juezas y a las feministas de verdad, críticas con las leyes que las perjudican. Ya han hecho del hombre un problema metafísico, por no entender que el coqueteo no es delito, ni la galantería es una agresión machista.

Desde el Consejo de Ministros de España, las feministas de cuota dibujaron una sociedad de lobos y víctimas y anunciaron el momento de la venganza. El mandato era sustituir la justicia por su propia ideología, se han dejado llevar por el resentimiento para sacar una ley que no ayuda a ninguna mujer. Y encima dan a entender que los que no piensan como ellas sienten menos repugnancia ante el abuso sexual. No pueden ser más ignorantes odiadoras de mujeres y hombres.

La ciencia avanza una barbaridad, pero España no tanto, la inteligencia no despega, sigue en vigor el viejo lema de que la culpa siempre es de otros, cuando el panorama se pone torcido. Porque el caso del lio que han montado con el 'sí es sí' aviva la incurable costumbre de señalar al otro o la otra, que en este caso están a partes iguales para aplicar las leyes averiadas. No es solo culpable la ministra de cuota de la verbena perpetrada, sino su jefe Pedro Sánchez, que la nombró titular del Ministerio de Igualdad, que ha logrado el honor máximo de su propio nombre (por su nula preparación). Su ley de avería nos ha igualado a todos en el desorden. Como todo lo que esta manoseando el Dr. Sánchez…