Cartas al director
La «constitución» de Sánchez
Sánchez cumple la constitución, pero no la del 78, sino otra constitución que él se inventa. Así, por ejemplo, Sánchez dirige el proceso de investidura, de conformidad con «su constitución», que incluye rondas sociales del presidente del Gobierno con colectivos varios; Sánchez no disuelve el Parlamento automáticamente, como hicieron Isabel Díaz Ayuso o Felipe González, él se inventa un plazo (15 días, 30, 70 o los días que al doctor le apetezca); cuando el Rey le nombra presidente del Gobierno, Sánchez se niega a nombrar a sus ministros, también durante el tiempo que le plazca al doctor (en 2018, durante casi una semana, en la que España no tuvo gobierno); en la constitución de Pedro Sánchez, un día se le prohíbe al Consejo General del Poder Judicial que nombre a dos magistrados del Tribunal Constitucional (2021), y otro se le amenaza gravemente para que los nombre (2022). Y ya no sigo, oiga. Es que la constitución de Sánchez es muy larga, cada día se inventa un artículo y, por lo que veo, es respetada por todos, incluso cuando al presidente del Gobierno le nombran los ministros o se reúne con su vicepresidente para pactar... No sé yo qué puede pactar el presidente del Gobierno con su subordinada, la vicepresidente del Gobierno. Por cierto, en mi Constitución, la del 78, se establece claramente, artículo 139, que ninguna autoridad puede obstaculizar que un español salga de España, entre en España o fije su residencia en España, incluido el anciano, admirado y querido Rey Don Juan Carlos I. Pero la constitución de Sánchez es la que rige.