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Cartas al director

La anestesia del ignorante

Los han engañado sin piedad, los han chequeado. Saben que viven flotando en el remolino de la subvención partidista. Saben que la memoria solo se activa cuando ellos lo decidan y cuando a ellos les interesa. Saben que el personal anda revuelto y anestesiado por la charca podrida de las redes sociales. Saben que el ignorante va a lo suyo, salvo cuando lo movilizan porque conocen sus debilidades basadas en la palabrería estupenda y hueca, mezcla de engaño del charlatán de feria. Lo saben. Los han calado y se aprovechan.

El partidista anestesiado no sabe que en la forma se interpreta el fondo, que la ética camina junto a la estética. No sabe que el social-comunismo es la filosofía del fracasado, el credo de los ignorantes, el evangelio de la envidia y su virtud es el reparto igualitario de la miseria. Palabras de Churchill. La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida. Aconsejaba Don Quijote a Sancho.

La izquierda conoce nuestros miedos, nuestros trapos sucios, nuestros rincones oscuros. Nadie capta el dolor como ellos para usarlo en su propio beneficio. Para eso han sido los creadores de todo lo sucio. Todavía quedan almas inocentes dudando del creador del dolor y la miseria. Creen desde una admirable empanada mental, que la razón siempre cae de su lado. Y saben, claro que lo saben, que el pueblo anestesiado es fácil de convencer. Y ahí reside otro de sus engaños, lo hacen con audacia y desfachatez para vender sus milongas, como buenos izquierdistas para demoler nuestros cimientos democráticos que tanto trabajo nos ha costado construir.

La ignorancia anestesiada compra la mercancía en un mercadillo de la pobreza, se conforma con la limosna, no quiere líos para prosperar. La izquierda lo sabe, y vende lo invendible envuelto con un papel mentiroso y sonrisa cínica. Y la calle anestesiada, que es Navidad…